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Expertos analizan para LA RAZÓN qué hay detrás de que el país aparezca como refugio del dinero del «caso Koldo»: «No comparte información fiscal y es opaco»
Lo mismo ocurre con la supuesta macroestafa por la que investiga la Audiencia Nacional al ‘chiringuito financiero’ Madeira Invest Club (MIC). Entre las decenas de cuentas bancarias y sociedades vinculadas al entramado del empresario Álvaro Romillo figuran varias en territorio dominicano.
¿Y cuál es la razón de que República Dominicana se haya convertido de un tiempo a esta parte en el destino «favorito» para los que buscan una salida a grandes montantes o introducirlos dentro del cauce legal?
Varios expertos juristas consultados lo explican en LA RAZÓN. El fiscal de delitos económicos en excedencia Juan Antonio Frago, que ahora ejerce de abogado como socio de Frago&Suárez, apunta a este diario que una de las claves está en que «es un país bastante opaco» a la hora de compartir información con otros países sobre activos financieros.
La otra la encontramos –apunta Frago– en que el tratado de extradición firmado con España en 1984 y aún hoy vigente genera «muchas dificultades» para que las autoridades españolas puedan recuperar el dinero que rastrean.
Por su parte, el letrado Eduardo Ruiz Olmo, asociado del departamento de procesal del despacho Fuster-Fabra, señala a este periódico, en primer lugar, la circunstancia de que República Dominicana «no está catalogado como paraíso fiscal» en el registro que elabora la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Estar o no figurar en este listado es «lo que determina internacionalmente» ser o no un paraíso.
En segundo lugar, es un Estado que no está dentro del sistema mundial Estándar Común de Reporte (ECR), lo que implica que no comparte con terceros países información sobre cuentas bancarias de clientes de entidades dominicanas. Lo que, como decíamos, obstaculiza muy mucho la labor y capacidad de acción de la Justicia española.
Asimismo, tampoco forma parte del sistema internacional CFC Rules, que obliga a grabar tributariamente todo tipo de ingresos de accionistas independientemente de si en la compañía se reparten dividendos o no.
Tampoco tiene, por ejemplo, un tratado de cooperación específico con la Oficina Europea de Policía (Europol) dirigido a luchar contra el blanqueo de capitales.
El letrado de Fuster-Fabra apela a que no hay que olvidar que Dominicana ofrece «enormes ventajas fiscales» y «facilidades para obtener la ciudadanía de manera exprés». Ruiz recuerda, en este sentido, que hay procedimientos que permiten conseguirla que tienen un promedio de duración de no más de 45 días.