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Antonio Huélamo, durante la presentación de la Memoria Anual de la Fiscalía de 2018. Foto: H. FRAILE

El fiscal Antonio Huélamo no ha reconocido su voz en la grabación aportada por la fiscal María Luján en el pleito contra la sanción que se le impuso por retrasos en el despacho de asuntos

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Antonio Huélamo, fiscal jefe de Toledo, ha comparecido este miércoles en el Tribunal Supremo para defender que nunca instó a una de sus fiscales, María Luján Castro, a seguir trabajando mientras estaba de baja por un embarazo de riesgo. “Con un embarazo no trabaja nadie, ni en su casa ni en ningún sitio”, ha defendido ante la magistrada Celsa Pico. La fiscal ha llevado su caso hasta el Supremo solicitando que se retire la sanción de 1.500 que se le impuso por retrasos acumulados en su trabajo. El representante de la Abogacía del Estado atribuye el pleito a un “malentendido absurdo” entre la fiscal y su superior.

Una de las principales alegaciones de la fiscal es que el origen de su sanción está en actos de acoso por parte de su superior. El caso gira, sobre todo, en torno a una grabación de más de una hora del día en que ella comunicó a Huélamo que al día siguiente estaría de baja por embarazo de riesgo. Según su defensa, en esa grabación se escucha al fiscal jefe instar en más de 30 ocasiones a la afectada a trabajar durante su baja de embarazo.

Ante la magistrada del Tribunal Supremo que sentenciará el caso, el fiscal Huélamo ha asegurado que no puede reconocer su voz en la grabación, que la sala ha tenido dificultades para escuchar. “La Administración de Justicia tiene tecnología, pero es pleistocénica”, ha lamentado la magistrada Celsa Pico. Después de escuchar un fragmento en el portátil de los abogados de la fiscal recurrente, Huélamo se ha reafirmado: “No estoy en condiciones de saber si es mi voz o no, no sé ni cómo ni cuando ni dónde ni quién ni de dónde procede la grabación y es imposible determinar si es mi voz o no”, ha dicho.

A preguntas de Juan Antonio Frago, fiscal en excedencia y abogado de la fiscal Luján Castro en este pleito, Huélamo ha negado haber instado a la recurrente a trabajar durante su baja por embarazo. En todo caso, que esa tarde antes de cogerse la baja siguiera trabajando: “Le dije, en tu casa lo que te haya entrado hasta hoy lo despachas tranquilamente. Ese día no estaba de baja, si le quedaban asuntos podía despacharlos perfectamente esa tarde, atenderlos sin ningún problema”, ha explicado en la sala.

Ha negado que esta fiscal o cualquier otra hayan trabajado en su Fiscalía estando ya de baja. “Con un embarazo no trabaja nadie, ni en su casa ni en ningún sitio. Si la baja entra en funcionamiento se reparten los asuntos entre el resto de la plantilla, no hay ningún problema”, ha afirmado. Le instó, según su versión, a despachar ese día asuntos “en la medida de lo posible”, pero no durante su baja.

Ahora será el Tribunal Supremo el que decida si la sanción de 1.500 euros impuesta a esta fiscal por retrasos en su trabajo es válida o si es nula por proceder, como afirma su defensa, de una situación de acoso laboral por no querer trabajar en su casa durante su baja por embarazo de alto riesgo.

“Ha habido un malentendido absurdo”

Frago, abogado de la fiscal que recurre su sanción, entiende que Huélamo ha faltado a la verdad en la sala. “Conseguimos demostrar que Luján siempre dijo la vedad, que se la ha sancionado porque ella no quiso someterse al deber de seguir trabajando pese a tener concedida una baja por embarazo de alto reisgo”, ha celebrado a la salida de la vista. El fiscal jefe, añade, “ha mentido en sala no reconociendo su voz, aunque tampoco la ha negado expresamente”.

La vista también ha dejado claro que la Fiscalía no hay delegado de personal o prevención de riesgos laborales. “Se ha acreditado que la Fiscalía no tiene plan de prevención de riesgos laboles, es curioso que una ley del año 1995 obliga a todas las empresas y la administración encargada de tutelar derechos fundamentales con una plantilla de más de 2.600 profesionales carezca de esos medios”, ha comentado el abogado.

Huélamo no ha querido hacer declaraciones a la salida de la vista pero sí Francisco Espinosa, abogado del Estado que ha defendido la sanción ante el Supremo. “Este es un proceso sin excesiva complicación. Previamente ha habido quizás algún desencuentro, no se han entendido, entre el fiscal jefe y la fiscal Luján, un desencuentro suave, su relación es cordial pero ha habido un malentendido absurdo”, ha dicho.